¿A qué se debe el color de los huevos?
Cuando vamos al supermercado podemos elegir entre huevos de distintos colores: blancos, marrones o, incluso, azules. Este hecho ha generado muchos mitos entre los consumidores: que si unos son más sanos, que si los otros son más resistentes… A continuación arrojamos un poco de luz acerca de esta cuestión y desmontamos todos esos mitos.
Lo primero es exponer la razón por la que unos huevos son de un color u otro. Y esa no es otra que por cuestiones genéticas. Cada raza aporta unos pigmentos diferentes durante la fecundación que son los que dan color al cascarón. Así, principalmente existen tres colores de huevos.
– Blancos: Provienen de las razas Andaluces, Fave-Rolles, Dorkings, Leghorn, Lakenvelders… Se caracterizan por se gallinas más pequeñas.
– Marrones: De las razas Barnevelder, Rhode Island Reds, Jersey Gigants, Delawares y Orpington. Son gallinas de mayor tamaño y más ponedoras.
– Azules: Proceden las gallinas de la raza Araucana o mapuche originarias de Chile. Se trata de una raza que pone mucho menos huevos, por eso no es fácil encontrarlos.
En cualquier caso, la forma más sencilla de saber de qué color dará los huevos una gallina es fijándose en su plumaje. Y es que si la gallina tiene plumas blancas los dará blancos y si su plumaje es marrón sus huevos también lo serán.
Respecto a los mitos que comentábamos al inicio, ninguno de ellos se ajusta a la realidad.
Por un lado, el color de los huevos no determina la dureza y resistencia de la cáscara. Su fortaleza está relacionado con la edad de la gallina que lo puso, cuanto más joven, más resistente será la cáscara.
Por otro lado, la afirmación de que los huevos marrones son más sanos que los blancos y viceversa, también es incorrecto. No hay ninguna relación entre el color de las cáscara con la calidad del huevo. Ya sea de un color u otro, el interior de un huevo no cambia. Su sabor y calidad depende, principalmente, de la dieta de la gallina y de cómo ha sido criada.